miércoles, 2 de octubre de 2013

Todas las noches, cada vez que se acostaba, cerraba sus ojos y los volvía abrir de nuevo, pensaba y sentía
que odiaba al mundo mas que nunca, porque no soportaba saber que la persona que le llenaba la vida de luz y celos no pudiera compartir con ella, algo tan perfecto, como dormir juntos, abrazados y que sus rostros permanecieran matemáticamente cerca, casi, como una caricia.



No hay comentarios:

Publicar un comentario